29.5.12

El Síndrome de Tourette en niños



Si Tu niño tiene el síndrome de Tourette, notarás que los tics por lo general comienzan cuando tiene entre 3 y 10 años. Los sonidos y movimientos aparecen y desaparecen, y por lo general no son un problema grave. Ten en cuenta que es posible que tu hijo tenga un tic, pero no tenga el síndrome de Tourette. Busca a con tu médico si crees que tu hijo podría tener el síndrome de Tourette.

Los niños con síndrome de Tourette hacen movimientos o sonidos fuera de lo normal, llamados tics. Se tiene poco o ningún control sobre éstos. Algunos tics comunes son parpadear y despejar la garganta. Es posible que repita las palabras, gire o, rara vez, diga palabras groseras repentinamente.

Los tics pueden afectar a más de una persona en una familia. Los tics y el síndrome de Tourette deben considerarse como una causa posible si un niño con un familiar que tiene el síndrome de Tourette tiene problemas de conducta o de aprendizaje


La causa del síndrome de Tourette se desconoce. Es más común entre los varones que entre las mujeres. Los tics suelen comenzar en la infancia y puede empeorar al inicio de la adolescencia. Muchas personas los superan tarde o temprano.
No se necesita tratamiento a menos que los tics interfieran con la vida cotidiana. El entusiasmo o la preocupación pueden empeorar los tics. Las actividades tranquilas y focalizadas suelen mejorar los síntomas. Las medicinas y la terapia de conversación (psicoterapia) también pueden ayudar.

Es relativamente poco frecuente que el síndrome de Tourette se convierta en una afección que produzca discapacidad, en el sentido de interferir con su capacidad de trabajar o de cuidarse por sí mismo; sin embargo, esa es la realidad para unas pocas personas. Es un alivio saber que se puede conseguir ayuda, aunque después nunca necesite utilizarla.

Por estas características que hemos descrito son niños propensos a sufrir hostigamiento y humillaciones de parte de sus otros compañeros de clase. Fenómeno que hemos analizado ampliamente y que se le conoce como Bullying, Acoso Escolar o Matoneo. Los niños que parecen ser menos fuertes o más débiles son el blanco de los que intimidan, quienes, generalmente, también hostigan y humillan a los que parecen “diferentes”. Los niños con ST y otras discapacidades están, por lo tanto, ante un riesgo significativamente más alto de ser blanco de hostigamientos y humillaciones. Es importante que entiendas los efectos del hostigamiento y la humillación, los derechos legales del niño a no ser tratado de esa manera y dónde encontrar recursos adicionales.

El hostigamiento y la humillación puede ser de carácter físico, con golpes o ataques, pero también puede tener la forma de agresión verbal o electrónica (a través del uso de la Internet o teléfonos celulares, por ejemplo), y abarca insultos, amenazas verbales y mensajes de texto o electrónicos amenazantes, insultantes o que incomodan a quien los recibe. El agresor también puede llegar a usar agresión psicológica, incluidos los rumores o la exclusión de la persona de las actividades o conversaciones. El hostigamiento y la humillación, las burlas y el acoso no deben considerarse como etapas normales de la niñez ni como simples “juegos de niños”.
En comparación con otros, los niños y los jóvenes que son hostigados y humillados tienen mayores probabilidades de pasar por las siguientes emociones: Estar deprimidos, solitarios, ansiosos; Tener baja autoestima; Padecer dolores de cabeza, malestares estomacales, cansancio y poco apetito; Faltar a la escuela, no gustarle ir a la escuela y tener un rendimiento escolar muy bajo; y Tener pensamientos suicidas o tratar de suicidarse.

Aunque los niños con el síndrome de Tourette a menudo se desempeñan bien en una sala de clases normal, algunos problemas con el aprendizaje, el déficit de atención con hiperactividad, síntomas obsesivo-compulsivos y frecuentes tics tienden a interferir gravemente con su rendimiento académico o integración social. Luego de ser sometidos a un examen exhaustivo, los estudiantes deberían ser colocados en un entorno educacional que satisfaga sus necesidades individuales. Los estudiantes pueden necesitar profesores particulares, clases especiales o muy pequeñas y en algunos casos, escuelas especializadas.

Ten en cuenta que todo estudiante con el síndrome de Tourette necesita un ambiente tolerante y compasivo que lo anime a trabajar al máximo de su potencial y que sea lo suficientemente flexible para adaptarse a sus necesidades individuales. Este ambiente puede incluir un área privada para el estudio, rendir exámenes fuera de la sala de clase normal e incluso exámenes orales en aquellos casos en que los síntomas del niño interfieren con su habilidad para escribir. Los exámenes sin límites de tiempo reducen el estrés para los estudiantes que padecen del síndrome de Tourette.

La pregunta más frecuente que nos hacemos los padres es si nuestro hijo superará este problema en algún momento .La mayoría de los tics desaparecen después de algunos meses. Sin embargo, a veces un niño tiene 1 ó 2 tics durante muchos años. Los niños que tienen el síndrome de Tourette por lo general tienen los peores síntomas cuando tienen entre 9 y 13 años. Más de la mitad de estos niños mejoran mucho durante la adolescencia y los primeros años de la edad adulta. Menos de la mitad de las personas que tienen el síndrome de Tourette durante la niñez tienen tics de moderados a intensos cuando son adultos.
Para ayudar a tu hijo debes obtener información sobre los tics y el síndrome de Tourette y explícaselos a las personas que interactúan en forma regular con tu hijo, como sus parientes, sus maestros y sus cuidadores de la guardería.
Entiende que tu hijo tiene muy poco control sobre los tics provocados por el síndrome de Tourette. Si haces demasiado énfasis en los tics, es posible que empeoren. En la mayoría de los casos, anima a tu hijo a que intente detener un tic no es útil. Tu hijo puede contener los tics durante algún tiempo, pero los tics reaparecerán finalmente.

Muchos niños que tienen el síndrome de Tourette también tienen el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (que también se llama ADHD). Los niños que tienen el síndrome de Tourette también tienen discapacidades del aprendizaje o trastorno obsesivo-compulsivo (pensamientos o conductas que se repiten una y otra vez). Tu médico puede ayudarlo a averiguar si su hijo tiene alguna de estas otras afecciones.

PadresExpertos

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